jueves, 27 de agosto de 2009

Confesiones...


Dentro de mi corazón he creado un tendedero, en él acostumbro colgar todo lo que siento. De pequeña mi ropa solía ser siempre blanca y fresca, el viento la hacía bailar, y de vez en cuando yo jugaba a esconderme entre ellas para sentir sus caricias entre mis torpes movimientos. En el corazón el viento siempre corre templado, la ropa tarda en secarse pero cuando lo hace se tiene la seguridad de haber tratado con amor aquél sentimiento tendido.
Últimamente mi corazón talla con fuerza - tal vez con la intención de que la nostalgia corra apresurada con el agua-. Nostalgia y agua ¿a qué sabrá?
Encuentro a mi corazón cansado, ya no quiere lavar y su viento ya no quiere secar. La ropa cada vez es más pesada (ya ni siquiera me queda) ¿Qué hago con ella? Mojada gotea sin parar sobre el suelo de mi corazón, comienza a inundarlo. Mi corazón ya tiene aspecto de azotea: lavaderos mojados, tendederos cansados, el viento corre solo y ya nadie quiere lavar... 


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