miércoles, 9 de febrero de 2011

Si me dieran la oportunidad de construir una cabaña en cualquier parte del mundo, comenzaría por construirla en mi interior. Tapizaría todas sus paredes con terciopelo magenta, plantaría dos tulipanes en la ventana de mis ojos y mi boca abriría hacia el mar. Con el tiempo he ido aprendiendo que hasta la construcción o la destrucción más atroz están hechas con perfección y belleza, haciéndome entender que el paisaje más hermoso es el que se encuentra en nuestro interior...