jueves, 19 de abril de 2012

LIMPIEZA EN CASA...

A veces me he dado cuenta que mi obsesión por la limpieza es una muestra palpable de ayuda a mi desorden interno, limpiar la casa es intentar limpiar mis dudas, ese terrible temor de encontrar entre las sábanas una profunda arruga, no es, quizá, sino una mera inquietud por desvanecer las penas que en ciertas noches he acomodado en mi colchón, nostalgias que se desechan mientras uno duerme, tender la cama, tender el alma, cobijar de nuevo una lágrima que se ha ido secando entre la anatomía de mi colchón, arrojar las sábanas para abrigar un oscuro recuerdo. Trapear, tallar el suelo -tallar los pasos-, barrer, sacudir, lavar, regar las flores, no es sino una hermosa analogía de cuando uno intenta comenzar de nuevo una historia, quitar el polvo, quitar la duda, abrir espacio para acomodar un nuevo artefacto, es sólo acomodar el tiempo con la ferviente esperanza de que la limpieza enjuagará los días...