sábado, 23 de marzo de 2013

Comparar-nos, nos comparamos todo el tiempo ¿no es así? Bueno, hablo por mi, o más bien me hablo a mi misma. A veces se me cansan las ganas, y digo se me cansan, por que las ganas, o por lo menos las mías, parecieran tener pies propios. ¿No se supone que tendría que ser yo quien debiera ponerlas a caminar? Seguramente a todos nos ha pasado, lo sé por que a todos nos suceden las mismas cosas... Un día convencidos levantamos la mano con fuerza, y bajamos y subimos la montaña, y nos convencemos a nosotros mismos que hoy día ha comenzado la contienda, y vamos por el mundo animando todo cuanto se cruce en nuestro camino, y nada nos derrota y todo sucede, y todo comienza y al día siguiente, o 15 días después todo termina, pfff, las ganas se han ido, sí, las ganas se van de paseo por que las cosas no han sucedido como uno lo espera, pero ¿quién espera en estos tiempos? ¿quién dirige la espera? Yo no quiero, me confunde, me declaro Vladimir o Estragón, un ignorante de la espera. No la he pasado mal últimamente y podría seguir diciendo por el resto de mi vida "estoy bien,no puedo quejarme", ¿por qué no? No me quejo del mundo, me quejo de mi actitud hacia él, de mis ánimos de juego mecánico, o de mis ánimos ya mecánicos, ponerme a llorar cuando algo no sale como yo lo espero, quejarme de las dificultades actuales, de la falta de empleo, de nuestro gobierno mentecato, de todo, siempre se tiene algo de que quejarse, pero lo cierto es que el cambio comienza con y en uno mismo. Me derroto tan fácilmente como cuando a un niño se le niega algo, o como cuando era niña y algo o alguien no me convencía, simplemente solía decir "ya no te junto". Que bonita debo verme en estos tiempos diciéndole a algún propósito "ya no te junto" sólo por el hecho de no obtener lo que deseo o creo merecer. Ayer por la noche, no sólo la noche sino el tiempo me hizo entender un par de cositas, además de regalarme las ganas de entender lo que realmente es tener ganas... :)

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